Me encuentro de nuevo aquí en mi departamento, peléandome con las teclas. Escucho sonidos que no entiendo y recuerdo memorias que acabo de crear el día de hoy. Me frustro porque hay muchas cosas que no entiendo y prefiero mejor olvidar que alguna vez supe algo de ellas. Una sonrisa se pinta cuando recuerdo a la persona pero una lágrima salada se asoma cuando pienso en la despedida. Un "te amo" sin respuesta no es un "te amo". El cansancio a veces no se entiende con nada más y se queda incomprendido.
Me queda la bella imagen de botellas vacías y muebles desacomodados para borrar la última conversación; la vista de las luces citadinas me calma aún más.
No me quiero ahogar pero al mismo tiempo no me quiero esforzar por regresar al barco y me quedo flotando en mar abierto. ¿Estoy mal?
